TASHA TUDOR dedicó su vida a ilustrar libros de cuentos con los que han soñado varias generaciones de niños: Pumpkin Moonshine, Mamma Oca, The secret garden... y así hasta llegar a 100 libros.
Ella decía que había nacido en el siglo equivocado y que era la reencarnación de una dama de la época victoriana. Vivió todos los días de su existencia en un mundo de belleza y de amor por las cosas sencillas.
A pesar del éxito que tuvo con los dibujos continuó viviendo sola en la cabaña rodeada de su hermoso jardín. También creo una casita de muñecas para sus hijos que se conserva en un museo.
Ella representa la vida hogareña, el amor por las cosas simples, la autenticidad de una persona con demasiada vida interior.
Tasha pasó gran parte de su existencia en una granja en Vermont, rodeada de animales domésticos y muchísimo verde. En sus últimos años se dedicó a cuidar el jardín.
Fue una mujer única, excepcional, que amó la naturaleza, un ejemplo a seguir, un modelo...
Sus ilustraciones son propias de una vida de ensueño, de su alma de niña-grande, de la verdadera sabiduría...
La familia de Tasha se enorgullece de compartir sus historias con la gente y con todos esos recuerdos: colección de elementos finos, incluyendo grabados, muebles, delantales, mantas, muñecos... todo creado en un lugar de maravilla natural donde a los animales domésticos se les habla como a las personas, incluso las muñecas tienen una vida encantada que le es propia.