Por una llamativa languidez que contrastaba con su cabellera y la excepcional rareza de sus rasgos, Jane Burden sufrió el vituperio constante de los vecinos de Holywell Street, uno de los barrios de Londres victoriano.
El destino le permitió conocer al pintor italiano Dante Gabriel Rossetti, quien acabó transformándola en todo una belleza prerrafaelista.
De la mano del pintor, Jane fue conociendo a importantes personalidades de la élite cultural de la época, que la sacaron de los suburbios de Oxford; entre ellos el adinerado William Morris, el escritor-fundador del British Arts & Crafts Movement. Jane se debatió entre la tentación y la estabilidad del compromiso, pendiente del hilo de amistad que unió a estos dos artistas. Esto la llevó a ascender socialmente hasta convertirse en un ícono de la moda inglesa.
Elizabeth Hickey, historiadora de arte y autora de la biografía
de Klimt "El Beso",
pintó un fresco del siglo XIX,
donde una moderna Ginebra se debatía entre la lealtad a su marido
y la voluntad de abrazar lo prohibido.
Un juego tormentoso de tres
en el que el amor, arte y amistad se combinaron
hasta llegar a las últimas consecuencias.
Sus facciones retratadas por los prerrafaelistas,
dieron lugar a un nuevo modelo estético que llega hasta nuestros días,
lleno de melancolía y elegancia.
Para Rossetti hubo otras musas
pero ninguna tan representativa en su obra como
Jane Burden