Los pasos...
se ahuecan en el pórtico vacío
sin cristales ni presencias,
duerme la noche colmada de ausencias
en el desierto lecho ignorado.
Tras un final desesperado
de imperturbable gozo y amargura,
la tristeza busca la anchura
en aquel refugio sin tiempo.
Y yo estoy ahí, serena,
más grande, más ciega,
llena de huellas,
a años de distancia,
con mi arcaico silencio
Luján 1994