9 de julio de 1816.
Cuando la libertad llegó a San Miguel de Tucumán, entró en la casa de Francisca Bazán. Las voces de los congresistas resonaban como rugidos de mar. La libertad, impaciente, aguardó en el patio. Abrieron la puerta y el Acta de Declaración de Independencia volaba entre sus manos con alas de pampero. Una niña, de sonrisa soleada, vestido azul y lazos blancos, saltaba a su alrededor. La libertad, curiosa, se acercó y, en medio de aquella algarabía, le preguntó su nombre. Y, antes de salir y correr por las calles, la niña respondió: Argentina.
Felicidad Batista
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Felicidad es una amiga de España que tengo desde hace 6 años aproximadamente
cuando empecé a transitar el camino fascinante de los blogs.
Ella es una maestra en el arte de la narrativa.
Recuerdo que cuando leía sus relatos no encontraba palabras
para dejarle un mensaje que estuviera a la altura de las circunstancias.
Su estilo me trae el recuerdo de mis referentes,
los maestros franceses: STENDHAL, BALZAC, FLAUBERT.
Su pluma es depurada, valiosa...
Felicidad cuida el idioma y lo enaltece
al mismo tiempo que nos permite aprender.
Alguien dijo de Borges alguna vez.
BORGES ES UN ESCRITOR CULTO
PARA LECTORES CULTOS.
Felicidad Batista representa ese estilo para mí.
Me alegra mucho amiga que la Argentina te haya premiado
con Tercera Mención Especial
en el Certamen de Microrrelatos de la Independencia.
SU BLOG
BUENOS AIRES 1929 CAFÉ LITERARIO