Hoy voy a compartir el té de los martes
con las mujeres de blanco.
Las que dibujan letras
en una suave pincelada viajera.
Las santas, las libres, las buenas...
(La taza es de porcelana antigua pintada a mano)
(Industria argentina)
Las que abren senderos en plena oscuridad
y sienten impotencia y dolor
frente a la injusticia
y la desvalorización.
Mujeres de noches serenas
que arrullan sueños,
que duermen a su niño, que piensan...
Que cuidan cada detalle,
que sienten la esperanza en la derrota, su soledad...
pero que luchan día a día
frente a las ausencias, al maltrato,
a los encuentros furtivos,
a la falta de abrazos...
Mujeres como tantas, como todas,
llenas de miedos pero valientes,
románticas pero terrenales,
seductoras, inteligentes...
La casada, la soltera, la niña, la grande...
Mujeres con milagros.
Hoy y siempre.
Mujeres de cofia antigua
que cuidan malvones,
que viven de recuerdos
cuando el tiempo camina de prisa
mientras otras incansables
habitan en la penumbra y en los soles
de un presente complicado y realista.
Mujeres con convicciones
que saben lo que quieren y adónde van...
Almas
de raíz y cielo,
de cumbres por escalar.
Maestras de la vida!!!
Mujeres
de blanco en lugares solitarios
con la virtud del sacrificio
y el amor sin límites.
Mujeres
que saben que el tiempo es oro,
que tejen y destejen soledades,
que guardan la vida
en un cofre sagrado.
Mujeres
que dialogan con un beso.
Luján 2013