Catrin Welz-Stein
Mi madre me contaba siempre que cuando ella era pequeña
salía a la noche a andar en triciclo
bajo las estrellas
y pensaba que cada una de ellas
era el alma de alguien que había partido.
Como tenía un hermanito que había fallecido
a los 8 meses de muerte súbita,
ella le había puesto el nombre Santiago a una estrella.
Yo ahora, de grande,
también miro el cielo y la veo a ella
que me mira desde lo alto,
que me cuida como lo hizo siempre,
que espera...
verme feliz.
Luján Fraix