Indígena nacida en lo que hoy es el estado mexicano de Tabasco.
Siendo muy joven fue entregada como esclava a las fuerzas de Hernán Cortés. Hablaba la lengua Náthuatl y maya y Cortés la empleó como su intérprete de cabecera junto con el fraile Jerónimo de Aguilar (1489-1531), quien traducía del maya al español.
"La recién nacida, hija del tlatoani de Painala, fue recibida por los brazos de su abuela paterna. La abuela presintió que esa niña estaba destinada a perderlo todo, para encontrarlo todo. Porque solamente alguien que se vacía puede ser llenado de nuevo. En el vacío está la luz del entendimiento..."
Flamboyant o flaboyán, árbol de fuego,
Malinche, Chivato, Acacia roja, Ponciana Real.
Con esa encomienda Malinche desempeñó un importante papel en la conquista de México; Cortés la hizo su amante y tuvo un hijo con ella, Martín, quien es considerado uno de los primeros mestizos (personas con ascendencia mixta, europea e indígena)
"Malinalli tenía la plena convicción de que el cuerpo de los hombres era el vehículo de los dioses.
-El fuego produce pensamientos luminosos cuando deja que el corazón y la mente se fundan en uno solo. El fuego transforma, purifica e ilumina todo lo que se piensa."
El nombre original de Malinche era Malinalli (hierba torcida). Para referirse a ella, los indígenas añadían a su nombre el sufijo "tzin", como una forma de reverencia, y así se producía Malintzin, que castellanizado se volvió "Malinche".
En México se utiliza la palabra "malinchismo" para referirse a la preferencia por lo extranjero sobre lo nacional.
"Malinalli había nacido en la casa doce. La fecha de nacimiento marcaba su destino y por eso Malinalli llevaba el nombre de la casa en la que había nacido. El significado del doce es el de la resurrección.
El glifo que corresponde al día doce es el de una calavera de perfil, pues representa todo aquello que muere o se transforma. El cráneo, en vez de pelo tiene malinalli, una fibra también llamada zacate de carbonero. El glifo doce alude a la muerte que abraza a su hijo muerto y le procura reposo. Representa la unidad o madre que arrebata a la muerte el bulto de su cuerpo envuelto en una tilma y atado con malinalli, el zacate sagrado.
Malinalli también era el símbolo del pueblo, así como la ciudad bruja de Milanalco, fundada por la diosa lunar-terrestre Malínal-Xóchitl o Flor de Malinalli.
La autora de "Como agua para chocolate" nos presenta la novela de uno de los personajes más controvertidos y fundacionales de la historia de México: Malinche, la admirada y denostada amante de Hernán Cortés que ofició de intérprete entre los españoles y aztecas durante la Conquista para luego ser acusada durante siglos de haber traicionado a su pueblo, de haberlo vendido al invasor.
Laura Esquivel narra con su estilo intenso y cálido la aventura vital de la mujer que creyó que el extranjero Hernán Cortés pondría fin a los terribles sacrificios humanos de la religión azteca, pero que acabó en cambio descubriendo la crueldad no menos sangrienta de los conquistadores.
Un relato inolvidable que penetra en la misma profundidad en el atribulado corazón de su protagonista y en el complejo corazón de México. Malinche es tal vez la mirada más abarcadora de su autora sobre dos de sus temas esenciales: la tierra mexicana y la condición femenina.