Yo soy hija única.
De niña,
no me importaba demasiado...,
tenía muchas amigas,
jugaba todo el día
y cuando estaba sola me encerraba en mi cuarto
a leer, escribir
y vestir a mis muñecas.
En esa soledad
me sentía abrigada y contenida.
De grande,
necesité más de una vez la presencia de un hermano,
para compartir los mismos dolores,
las responsabilidades,
el cuidado de los padres
que fue lo más difícil para mí.
Un hermano siente el mismo amor
por ese ser que le dio la vida,
la misma obligación... creo...
A veces,
la soledad se siente igual aunque estemos rodeados de gente.
"Busqué mi alma, pero no la pude ver.
Busqué mi Dios pero me eludió.
Busqué mi hermano y encontré a los tres."
Anónimo