Camila O´Gorman nació en 1828.
En aquella época, las mujeres no tenían derechos propios, sólo se preparaban para ser esposas, madres y cristianas.
Ladislao era un joven soñador y su abuela lo consideraba un "elegido del Señor".
Camila tenía menos de dos años y Ladislao sólo seis. Ni siquiera se conocían; sin embargo, ya estaban preparando la vida y la muerte de los desafortunados protagonistas de esta historia.
Pasó el tiempo...
Cuando se conocieron, se enamoraron... Ella, una dama de alta sociedad, él sacerdote.
Para Ladislao era un relación sin futuro que jamás llegaría a concretarse por su condición de religioso, pero la atracción era más fuerte.
-Lo que delata el alma de las mujeres es la manera en que miran...
Ladislao y Camila decidieron vivir en Río de Janeiro. Para Rosas (gobernador de Buenos Aires) el mayor pecado no era el amor imprudente sino el hecho de que se habían burlado de su autoridad.
-¡Son enemigos de Rosas!-decían.
Una ley indicaba que había que ejecutarlos...
Los "reos" fueron llevados, cuando los encontraron en Goya, al campamento de Santos Lugares. Ése era el lugar de castigo para el adiestramiento militar y, además, el sitio preferido de Rosas para enviar a los que consideraba criminales de peligrosidad y enemigos políticos.
Camila supo por fin que moriría y el dolor fue insoportable porque estaba esperando un hijo. Tenía ocho meses de gestación.
Eran las nueve y media del 18 de agosto de 1848.
-¡Apunten!... ¡Fuego!.
Producción cinematográfica de María L. Bemberg (Argentina) con Imanol Arias y Susú Pecoraro.