Llega AgoSto ya...
en la Argentina el mes de los vientos, pues suele soplar más que siempre arrastrando huellas de invierno para dejarnos alguna llama en la calidez de su abrazo. Y empezamos a ver la primavera asomando detrás de la luna cargada de estrellas que se ilusiona con noches claras para mirar a través del cristal nuestros sueños.
Mi abuelo partió un 24 de agosto de 1977, él se fue a su cielo perfecto a murmurarle a aquella pampa que abrigaba con nombre de madre y se encontró, seguramente, con sus campos arados, la higuera y su casa antigua con vidrios tallados. Ahora estarán todos riendo como cuando eran niños: mis abuelos y sus hijos... y mi papá... "Llegaste Berto (Alberto)"-seguro le habrá dicho mi abuelo cuando lo vio venir entre los árboles con el polvo de los caminos entre sus ropas.
Yo no me di cuenta que casi se fue el invierno, estoy como anestesiada y todavía me pregunto cosas y no encuentro respuestas... en la ciudad gris. Necesito un estallido cromático para despertar y poder conectarme con mis propios deseos.
Soy, por naturaleza, servicial pero es hora ya de escuchar el latido de mi propio corazón.
Que tengan bonito inicio de mes. Escuchen el lenguaje del alma porque sabe cómo bajar al mundo de los sueños nuestra propia realidad.
Sigamos la huella del aprendizaje siempre |