Quedarse sola
en la vastedad de las horas
arrastrando huellas
de pretéritos gozos.
Quedarse sola
con demasiado silencio
frente a una copa
de venturosa noche
con harapo rojo
y morral de viento.
Regalarme un eco
de algún recuerdo
en esa quietud sin límite...
¡Tanto desasosiego!
Luján Fraix