Comienza JuNio y en el hemisferio sur llega el invierno. Trae consigo aleteos fugaces de nostalgias compartidas, recuerdos imborrables, esperanzas... Yo siempre digo que las estaciones están en el alma; no hace falta que sea primavera o verano para ser feliz. La dicha está dentro de uno mismo y no hay modelos, cada persona ve y siente la felicidad de manera diferente. Eso es lo bueno: ser únicos.
El mes de JuNio tiene algo de lluvia, de cielo gris, de andar buscando tiempos... cuando el recuerdo me trae a una gatita (Millie) que partió hace dos años, un 29. Ella me amaba tanto!!! y yo lo mismo. Es que su compañía era luz que encendía alguna candela al abrigo de mis versos cuando mi padre estaba en un sanatorio y mi madre (ya enferma) lo cuidaba sentada en una silla junto a él.
Un amor se fue en busca de otros rostros en este mes por aquellos años y yo sentí que me moría, pero las horas me devolvieron a un presente de responsabilidades, cordura, madurez; la que siempre he tenido desde tiempo inmemoriales.
Les deseo los mejores sueños y a vivir que todo es demasiado corto y transcurre como en un soplo.