"Las mujeres que sí nos jugamos al amor,
con o sin cautela,
dando el paso hacia la posible comunión
entre dos seres destinados,
solemos llorar bastante, a solas y no tanto.
También nos lamentamos y sufrimos decepciones,
compensadas por esos instantes paradisíacos
que nacen al ver tatuado,
en un minuto,
nuestro nombre en la mirada del ser amado."
Albert Camus dijo:
"No ser amados es una simple desventura,
la verdadera desgracia es no amar".
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