GIRAR HACIA LA LUZ
Frida Kahlo, inmovilizada por constantes operaciones después de sobrevivir a un cruento accidente, puso un atril y un espejo en su lecho y se retrató a sí misma una y otra vez, y se transformó en una de las más relevantes, originales e iluminadas exponentes del arte pictórico mexicano. Cuando la situación es adversa y la esperanza escasa, las determinaciones drásticas resultan las más seguras. Y ser mejor equivale a haberse corregido, alterado y potenciado a través de los años.
La capacidad de transmutarse,
de girar hacia la luz,
de asemejarse al río que se adapta a las sinuosidades del camino,
representa la esencia
de un espíritu vigoroso,
al que no doblegan las contingencias,
tampoco las tragedias
o las opciones equivocadas.
Cualquier movimiento,
no importa su causa,
es creador.
Y el que pretenda esa dicha constante
que nace de su estado de satisfacción consigo mismo,
deberá alcanzar la sabiduría
de acomodarse a frecuentes fluctuaciones,
idas y vueltas,
partidas y retornos.
Paradógicamente,
el cambio es la única cosa inmutable en nuestro paso por
LA TIERRA.
Noemí Carrizo