Recuerdo... que a los 6 años entregué una ofrenda (creo que eran rosas blancas) a mi prima que se recibía de maestra. Ella me eligió. Subí al escenario, sin miedos, porque me gustaba destacarme... Eso sí siempre en algo que tuviera que ver con el estudio.
Tenía un vestido blanco como de encajes y puntillas con tres volados que me había hecho mi mamá y un moño en la cabeza. Me sentía muy feliz y orgullosa.
Al año siguiente, otra chica que se recibía de maestra me volvió a elegir para tan grata tarea.
Pétalos de nívea luz...
La noche
abraza su corola de novia
con mano silente
de fecundo enigma.
Es la vida
con su tul de sombras
entre pétalos de nácar...
dormidas.
Luján Fraix
Le dedico estas palabras a mi prima Alicia
que ya no está...
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