ENTREGA Y SACRIFICIO
El recuerdo sonoro y controvertido en la historia de la conquista de México es lo que ha trascendido de lo que vivió doña Marina, "la Malinche" con Hernán Cortés.
Admirada por su valía, denostada por ayudar al enemigo, la vida de esta mujer recreada en uno de los capítulos de "Historia verdadera de la conquista de la Nueva España", de Bernal Díaz del Castillo, comienza como hija de un cacique de Painala, en el actual estado de Veracruz.
Su futuro aristocrático se torció por un segundo matrimonio del padre y así empezó un trasiego de casi esclava, pasando de mano en mano, hasta formar parte, junto con 19 mujeres, del regalo que el cacique Tabasco entregó el 15 de marzo de 1519 a Cortés, quien lo había derrotado en la batalla de Centla.
Debido a su continuo ir y venir, esta mujer que nunca perdió su compostura, conocía varios idiomas de la zona, lo que la convirtió no sólo en un instrumento indispensable de la campaña guerrera sino también en un especie de sombra providencial de Cortés, a quien incluso salvó la vida en la sedición de Cholula.