Hoy vamos a tomar el té con el recuerdo de una película imborrable
que forma parte de muchas historias,
de la vida misma.
Austria, a finales de la década de los 30. María (Julie Andrews) es una novicia traviesa cuyo encanto radica en que le gusta correr, silbar, trepar árboles, cantar en la Abadía y hacer reír a sus compañeras. En suma es la “diferente”, por eso será que es vista como un bicho raro, sólo la Madre Superiora no la juzga, la ve como una chica disfrutando de su edad. Además admira a María porque es una mujer que dice todo lo que piensa y siente, es decir, una honestidad comprobada.
La Madre Superiora observa que María tiene mucha energía por dar,
así que se le ocurre una idea: enviar a María a que conozca el mundo
para que ella misma descubra
si realmente lo que quiere en la vida es ser monja.
Una familia de Salzburgo necesita una institutriz
para que cuide a 7 niños, ese puesto está pintado para María.
Me veo niña abrigando sueños
cuando se apagaban las luces de aquel cine...
María se despide, con pena, del Convento y va a la casa del viudo (y amargado) Capitán Von Trapp (Christopher Plummer).
La residencia es una mansión inmensa que atemoriza por un instante a María,
pero rápidamente ella recuerda que “tener confianza en sí misma”
es la clave para vencer nuestros miedos.
Los 7 niños son mucho más traviesos que ella,
pero ahí radica precisamente la empatía con ellos:
entre los 8 juntos son muy pícaros.
De inmediato congenian, y a diferencia de todas
las demás institutrices anteriores a María, ella no renuncia,
Con el paso del tiempo aquellos niños que fastidiaban a las ex-institutrices para llamar la atención de su padre,
se convierten en niños modelo y hasta cantores.
El Capitán Von Trapp se entusiasma con la vibra positiva de la casa
(como en los viejos tiempos de su finada esposa) y empieza a ver con “ojitos de caramelo” a la señorita María.
Pero hay un problema: ella es novicia.
“La novicia rebelde” es una película que atrapa al espectador.
Llena de mensajes como:
luchar por nuestros sueños,
que en la vida no hay que eludir los problemas sino que es mejor afrontarlos,
que el amor es el camino para ser mejores, etc.
Los más emotivos momentos de la película son con Julie Andrews y los niños quienes se comprometen en sus roles,
los abordan y
finalmente hacen de este un filme inolvidable.
Es que la felicidad son pequeños momentos.
“La novicia rebelde” es una película que atrapa al espectador.
Llena de mensajes como:
luchar por nuestros sueños,
que en la vida no hay que eludir los problemas sino que es mejor afrontarlos,
que el amor es el camino para ser mejores, etc.
Los más emotivos momentos de la película son con Julie Andrews y los niños quienes se comprometen en sus roles,
los abordan y
finalmente hacen de este un filme inolvidable.