Ha oscurecido muy pronto.
Me perjudica extrañarte.
El tiempo rápido pasa
y ya es lejana la tarde.
Se me ocurren mil razones
que pudieron retrasarte,
en mi mente es un venero
de motivos inquietantes.
Cuando regreses, cansado,
nerviosa vas a encontrarme,
esperando tu llegada
junto a una luna brillante.
Cuando vuelvas, en silencio,
yo te esperaré en la calle,
quizá mi enojo se aleje
como un guerrero cobarde;
como un sentimiento opaco
que se cansó de esperarte,
que se alimentó de injurias,
pero ante ti se deshace.
Vas a pedirme perdón.
dulce, vas a consolarme,
pues con llanto te recibo
siempre, cuando llegas tarde...
Carmiña Daverio
De mi blog