Hoy martes vamos a compartir el primer té
del año 2014.
Enero es sinónimo de verano en el hemisferio sur.
Mucho calor!!!
Época de vacaciones.
Recuerdo que yo leía mucho en aquellos días de verano,
con el gato como compañía siempre.
Mis padres no me llevaban de viaje
porque siempre estaban ocupados en sus problemas económicos,
a la gente de campo,
por lo general,
no les gusta alejarse de aquello que les llena el alma.
sienten que labrar la tierra es su vocación
y viven para ella.
Yo, mirándolos a ellos,
aprendí que no es necesario buscar la felicidad
en algún sitio,
que ella está dentro de nosotros mismos.
No importa el lugar.
Esta imagen me recuerda la casa de mis primos:
Mauricio, Betty y Roberto
cuando llegábamos cargados con el polvo de los caminos,
ellos nos venían a recibir con alegría.
Mi tía nos invitaba, a la hora del té,
con una exquisita torta.
Cuando yo iba a servirme
mi porción...
a mi madre se le ocurría decir:
-Ya nos vamos...-
porque le parecía que era tarde... el sol se escondía en el horizonte.
En cualquier tiempo,
en el campo...
en el mar...
Siempre es temprano
para encontrar la dicha.
Velando sueños en compás de espera
recuerdo del alma, el sol te ampara,
los ángeles duermen cerca de la sala,
la noche presiente la clara mañana.
Brilla la luz, las flores blancas
iluminan los ojos de otra madrugada.
El tiempo vuela, la vida mansa,
los árboles en mi patio cantan
un murmullo tenue de sombra plateada.
Añorando otro cielo me veo olvidada
desde la eternidad y sin tu palabra.
Se tejen misterios, pétalos de nácar,
arrullan palomas, se vuela mi alma.
Caminan mis pasos, los días... la nada
al encuentro de ese amor que todo lo daba
y hasta parece que el destino te enviara
para dibujar el mundo, esta alborada.
Luján 2014
Las pinturas son de Carl Valente