Por la calleja gris
que al pueblo se entra...
se ve el campanario,
la cruz de la iglesia.
que al pueblo se entra...
se ve el campanario,
la cruz de la iglesia.
Con sus gualdas espigas,
la madurez de la tarde
susurra en el viento
su lluvia de penas.
Camino al retablo
solfea la luna,
la espera el candor
de la plazoleta.
Más acá de los pinos,
las granjas murmuran...
Más allá en los trigales
se ha quedado dormido
el cansancio.
Un gato y su sombra
le hacen guardia a la noche.
En la plazoleta
quedó la infancia desierta,
un poeta sin coplas,
un sol abrigando la siesta.
Por la calleja gris,
en semillas de hinojos,
galopan campanas
buscando el perdón
en la fe de las almas.
-L.Fraix-