*Perfume creado en 1892 por Roger et Gallet. |
Alguien forcejeó en la puerta de
comunicación de la sala con el cuarto inmediato; se desprendió bruscamente el
pasador y cayó al suelo con un gran estrépito, la puerta se abrió y apareció
Eduardo du Champ que se iba a trillar las parvas de lino. Había estado
discutiendo con su hijo, se hallaba muy enojado.
Juana, su esposa, se quedó sola;
escuchó un ruido y se asustó. Miró pero no vio nada entonces subió al altillo y
espió por una turbia ventanilla. El mutismo la enloqueció más. No había gente a
su alrededor. No estaba el comprador de lana ni el vendedor de ropa ni los
peones.
¿Era el alma de la abuela Melanie
que la atormentaba por haber sido siempre tan indiferente?
Juana parecía un ánima envuelta en
un cuerpo ajeno. Sentía el perfume de la abuela a la hora de cenar y escuchaba
sus palabras. ¿Juana se estaba volviendo loca? Como no tenía otra alternativa
hizo entrar al comedor a todos los perros: ovejeros, uno mezcla de dogo y
lebrel y algunos chiquitos. La gata Lola dormía entre los guardianes sobre un
almohadón de plumas.
Era obvio que las alucinaciones
eran fruto de sus temores. Cuando Eduardo regresó vio a los perros en el
comedor. Ella huyó a su cuarto; él quiso enojarse pero percibió el Vera Violetta* y quedó paralizado por la
emoción…
L.Fraix