Un abrazo tan fuerte que te rompa los miedos...
¡Cuánto necesitamos esa contención! Sentir que alguien nos está cubriendo la espalda para sostenernos. Cuando la tenemos es nuestra mamá, yo siempre he sentido eso, y cuando ya no está la soledad se agiganta y esas alas ya no te cubren. Tienes que darte cuenta que debes ir solo por el camino y ser fuerte, buscar la energía en otra cosa, madurar... Ella lo hubiera querido así.
Mi madre me enseñó a ser valiente.
Hoy quería hablar del abrazo y me fui por el lado de mi madre, pero hay tantos abrazos que dan paz, que sin palabras te dicen que todo va a estar bien. Son aquellos que vienen desde los seres que nos aman de verdad.
¿Y cuándo no llegan los abrazos?
Hay que aprender a vivir en una burbuja para no sentirse herido, escapar de las sombras hacia la luz o ser luz que alumbra...
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