Febrero... Seguimos en camino, que la vida nos sorprenda.
Estamos en verano en Argentina y hoy es un día nublado; se caen las hojas de los árboles. ¡Qué extraño! Ocurren tantas cosas inexplicables últimamente.
La vida es otra, lo siento así desde el 2020 y me refugio más que nunca en la escritura, en los libros que sanan, como digo siempre. También valoro más la naturaleza, la necesito: cada pájaro y su trino, cada pétalo, el atardecer... y mis gatos: Suri y Lolo.
Allí están, durmiendo.
El tiempo no detiene su vuelo y en medio de esa vorágine está la espera, siempre la espera: de ser feliz, de tener salud, de que alguien me compre un libro o dos, de no pensar tanto en mi madre y en la edad que tengo.
Qué bueno es sentir que, a pesar de tantas cosas pasadas y vividas, el corazón tiene su luz y desea llegar a lo más hondo del alma, sembrar esa claridad en los otros, cruzar puentes, rozar el abrazo, desoír el resentimiento de muchos, callar...
Mañana será otro día.
Un abrazo grande.
Hasta el próximo mes de Marzo y gracias por comprar mis libros este mes. Me han sorprendido.