PUERTO soledad
Guerra de Malvinas
-1982-
Emilio tenía coraje. Lo había demostrado en el campo de batalla cuando las fuerzas eran limitadas; lo obligaban a cerrar los ojos y a caminar contra la corriente. Y hacía frío y el hielo estaba dentro del cuerpo y lo paralizaba, pero sabía, muy en el fondo, que debía sobrevivir, que tenía que resistir... Tal vez, otro destino lo esperaba más allá de las bengalas y de los fusiles que no sabía manejar, quizá algún día tendría que pasar la página y escribir otra ficción para seguir resistiendo los embates de las batallas siguientes.
De eso se trata la vida... de resistir, de encontrar lápiz para escribir un destino nuevo cada día.