Una de las flores con nombre más llamativo y simbólico es La Pasionaria o Passiflora, también llamada "Flor de la Pasión".
Fue descubierta en Perú a principios del siglo XVI y pronto se extendió por Brasil, México, Estados Unidos y las Antillas. Este nombre lo ostenta desde el siglo XVII, cuando el Papa Pablo V consideró que era la representación de la Pasión de Cristo por los filamentos que componen la flor y que evocan a la corona de espinas de Jesucristo, además de los estambres que representan las cinco heridas en el cuerpo, los tres estilos, los clavos de la cruz y los pétalos a los doce apóstoles.
Existen hasta 400 especies del género de las passifloráceas. Son lianas trepadoras que llegan hasta 9 mts de altura, con los tallos leñosos y la raíz perenne. Sus flores de 5 cm de diámetro desprenden un aroma agradable y varían desde los colores como el blanco hasta el rosa, pasando por el lavanda pálido o malva.
La corona está formada por pétalos rodeados de un círculo triple compuesto por finos filamentos. Aunque Las Pasionarias proceden de los terrenos secos y abrigados de América, también se usan como plantas ornamentales en los jardines europeos, con un clima templado. No obstante, soportan los inviernos fríos.