Había una vez una lechuza solitaria y muy trabajadora.
Todas las noches, recorría el campo y volvía cargada de alimentos.
Una mañana, mientras dormía, cuatro teritos muy juguetones saltaban cerca de su cueva y cantaban:
-Teru, teru, teru...
¡Alerta que va el viajero!
Molesta la lechuza con tanta bulla, les dijo:
-¡Fuera de aquí, chillones!-y soltó un cascarón que, al romperse, dispersó gusanos y bichitos.
-¡Qué rica comidita!-dijeron los teros picoteando.
-¡Oh, qué desgracia!-exclamó la lechuza-, descuidada tiré mis provisiones.
-No se aflija, señora lechuza, y coma con nosotros el fruto de su trabajo.
Desde entonces, teros y lechuzas son buenos amigos.
Cuento de autor anónimo de mi libro de cuentos infantiles "Pimpollito" de María E. Altube de 1967.
Los hermanos Grimm, El Principito de Antoine de Saint-Exupéry, Han Christian Andersen, Mark Twain, Perrault.
Mis libros infantiles:
Los duendes de la casa dulce, Azul de lluvia-cuentos para niños mágicos, Nina y sus historias.