Escribí este texto hace tres años, pero me vale para hoy.
LA SOLEDAD DEL ESCRITOR
Me gustaría hablaros de la soledad y de la incomprensión. Alguien mucho más sabio que yo dijo un día que el oficio de escribir era el más solitario del mundo, y no le faltaba razón. Alguien que aprecio mucho me dijo ayer que al destino hay que dejarle hacer porque termina alcanzándonos, y quizá también tenga razón.
Pero yo quería hablaros de la actitud, la soledad y la incomprensión. Si no demuestras cada día que quieres ser escritor, nadie te tomará en serio, ni siquiera los más allegados a ti. Si tu actitud no es la de un escritor, no eres un escritor. Es así de simple. Y para ello es necesario escribir cada día, y especialmente los días que no puedes hacerlo por falta de tiempo o inspiración. Si los que tienes cerca de ti no ven esa pasión, esa necesidad tuya de tener que escribir cada día, no lograrás convencerlos de que eres escritor.
Y si no los convences a ellos, difícilmente convencerás a los demás.
Muchas veces he comparado esta soledad con la del corredor de fondo, que hace una larga distancia sin compañía, a solas con sus pensamientos y sus demonios. Al escritor rara vez se le toma en serio. El escritor no trabaja: resulta que tiene un hobby. A veces le da para comer, otras está perdiendo el tiempo. Tampoco es que importe mucho: otros más grandes que nosotros lo pasaron mucho peor en tiempos más jodidos que los de ahora. Pero la actitud lo es todo. Porque con la actitud te defines, es lo único que verdaderamente importa.
No temas ir en solitario, a contracorriente. Es la única manera, no hay otra. A un escritor solo puede comprenderlo otro escritor, porque tiene en el corazón la misma inquietud o la misma maldición que su compañero. Es el único capaz de entender qué ocurre dentro de él.
Es necesario enfrentarse al teclado cada día. Hacerlo incluso cuando no hay tiempo, cuando no hay ganas, cuando te fallan las fuerzas, los ánimos y la inspiración. Si no te demuestras a ti mismo que eres escritor DE VERDAD, no podrás demostrárselo a nadie.
En la época en la que el barco se va a pique, las ratas son las primeras en abandonarlo. Solo el capitán se hunde con él. Y tú eres el capitán, porque diriges tu vida y lo que quieres hacer de verdad. En las épocas malas es cuando más tienes que reafirmarte, cuando más tienes que luchar por seguir escribiendo, pase lo que pase y le pese a quien le pese. Vendas o no vendas, publiques o no publiques. Escribir, escribir, escribir. Siempre escribir.
No es fácil, claro que no lo es. Pero los objetivos que se cumplen cuando cuestan mucho esfuerzo son los que proporcionan mayor satisfacción.
Al fin y al cabo, somos escritores. Incluso a pesar de nosotros mismos.
Benjamín Ruiz
----------------------------Autor de "El color del cielo en octubre", "Susurros", "Colisión", "Años malgastados", etc.