Curran |
Las dalias son flores que me recuerdan a la viejas casas coloniales
con enormes patios y columpios,
donde antiguamente crecían las enredaderas y los helechos.
Las ventanas de fino hierro labrado dejaban al descubierto,
detrás de la cortina tejida,
una mirada sombría.
Quizá la de una mujer solitaria que bordaba las horas
con punto cruz
entre ronroneos, novelas
y pañuelos llenos de lágrimas.
Era la tía que, con sus bastidores,
demostraba que todo estaba bien...
Mientras el tiempo abrigaba las horas que se consumían
entre velas rojas.
Ella parecía eterna
como el desamor que llevaba entre sus enaguas de encajes.
L.Fraix
--------------------------------Pasión por Jane Austen