Hoy voy a compartir este té de los martes con todos ustedes.
Les pido disculpas por no abrir los mensajes,
eso forma parte de mi silencio
y de pedir las tacitas prestadas porque no he tenido
tiempo de fotografiar las mías.
Yo sé que están allí, aún en mis silencios,
cuando pongo esta distancia necesaria para que mi alma
encuentre su lugar.
Hoy frente a los caminos mi corazón muestra
su acostumbrado temple
pero necesita un espacio
donde habitar lejos de las voces.
Puedo refugiarme entre mis plantas que a pesar del invierno
todavía tienen vida propia
y buscar algún cariño demorado.
Quisiera tener las llaves de algunas puertas
para alejarme de la traición de los segundos pero siento
que pesan las ausencias,
los grises, las palabras no dichas...
Suelo sentirme sola
cuando la muchedumbre me rodea
porque no soy yo quien elige,
porque los silencios dicen más que las palabras.
Es la vida que camina dibujando sentimientos
que ahondan los sentidos,
es la vida que aprisiona el pasado
y no deja sentir el latido de un presente que está
esperando una respuesta.
El corazón se desdobla por completo
buscando espejismos y fragmentos,
consume imágenes olvidadas,
recobra la conciencia
pero sabe que el tiempo
es sólo un efímero desliz que arrastra dichas,
huellas perdidas,
milagros postergados,
libertad...
SILENCIO
En este letargo invernal
te busco
como la fría languidez de la tarde.
Te necesito...
contigo me siento acompañada,
encuentro tus mensajes.
El sosiego
trae pausas de llovizna
cuando las horas no me dicen nada.
Guarda mi secreto
en tu mitad entera
porque eres el cielo que busco...
la respuesta.
Luján 2013