Los bisabuelos Melanie y François conservaban con discreción
las ansias de besar a la beba de cuentos, ¡Tan lejana!
Hubieran querido conocerla para contarle a ella
sus viajes de inmigrantes por los caminos de novela.
Pero el destino les jugó la última carta
y se fueron sin poder verla, sin imaginarla siquiera...
La capota de la abuela Juana en sus tiempos
cuando viajaba rumbo al pueblo.
Los jazmines y las rosas que cultivaba mi abuelo Eduardo...
Los abuelos me amaban...
Juana, Eduardo y Juan (el papá de mi mamá).
Esas vidas sin prisa
guardaban secretos en los jazmines,
en el dulce de ciruelas y en las uvas.
Con el silencio atesoraban los sentimientos
porque sabían labrar las horas como la tierra.