VII
Nació Lucía con un tulipán debajo del brazo. Letizia ama de las plantas, de los pájaros y de los gatos, no quiso que su esposo la conociera. Sin embargo, José solía trepar los almendros tropicales del jardín para observar a la beba con su madre. Desde lejos, le parecía algodonada e inmóvil, sin la milagrosa risa de las criaturas comunes. Lucía era extraña igual que Letizia, eso lo perturbaba por las noches cuando el humo del cigarrillo se mezclaba con el ladrido de los perros y el ron. José quería aclararse la voz con té de malva, pero cada vez se le tornaba más áspera.
Para José Lucía era un bebé incompleto, un angelito con ojos de tristeza y blancura de nieve. ¿Había vuelto Encarnación o se trataba otra vez de Rocío?
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Imagen de Zena Holloway