Cuántas veces utilizamos erróneamente la palabra felicidad.
¿Conocemos su significado real?
La felicidad verdadera no proviene de lo que se ve,
sino que está en el interior del hombre.
Viene de los valores que ha desarrollado,
de las virtudes que ha adquirido.
Frecuentemente confundimos el sentimiento de felicidad
con el de alegría.
Esta última es la sensación que tiene toda persona
que ha alcanzado o conseguido algo material,
temporal o pasajero.
Se puede ser feliz
sin tener ningún bien material,
sino lo indispensable para vivir dignamente
con los valores y virtudes,
los sentimientos de amistad,
el amor a su pareja,
a los hijos,
un paseo en familia,
una conversación amena con una amiga.
El no pensar en uno mismo,
sino en los demás produce paz para el alma.
Porque cuando amamos de verdad
queremos que el otro sea feliz
y viéndolo dichoso,
nosotros también lo somos.
La generosidad,
el compañerismo,
la laboriosidad,
el espíritu de servicio,
la afabilidad,
la alegría,
la honestidad
son la clave de la felicidad verdadera.
Stella Villa