Elizabeth Isham
autor: Charles D´Agar
Ann Elizabeth Isham se subió a un barco de rescate y su posibilidad de sobrevivir al hundimiento del Titanic estaba casi asegurada. De todas formas, la desesperación se apoderó de ella cuando le informaron que su perro, un gran danés, no iba a poder salvarse.
Su tamaño era muy grande y priorizaban la vida de otros pasajeros.
Sin dudarlo, la mujer de 50 años, se tiró del bote para reencontrarse con su mascota. Sabía que no podía abandonarla. Días después del hundimiento, un equipo de rescate encontró el cuerpo de la pasajera aferrado al de su perro. Murieron juntos, abrazados, tal como ella lo decidió.
¿Qué pasó con los otros animales que viajaban en la embarcación?
Sólo tres de los doce perros confirmados a bordo lograron sobrevivir.
El doctor José Edgette, historiador del Titanic por más de 20 años, les explicó a los periodistas de varios medios que aquellos que se salvaron eran muy pequeños, por lo que pudieron ser escondidos en los barcos de rescate y entre los salvavidas de sus dueños.
De hecho, Edgette detalló que una de las pasajeras engañó al resto y les hizo creer que se trataba de un bebé.
Realmente, conmovedora la historia de la mujer que sacrificó su vida por su perro.