Según las cartas de Einstein que publicó su hija años después de su muerte, el sabio era un ser distante, arrogante y mujeriego que llegó a tener seis amantes a la vez. Pero su esposa legítima fue una mujer de vigoroso espíritu y rápida para los negocios, que no sólo lo catapultó a la fama, sino que lo dominó hasta tratarlo como un simple esclavo.
La soprano María Callas llamada "La divina" y famosa por su altanería, plantó al mismísimo presidente de Italia Giovanni Gronchi y a su esposa, en un homenaje en su honor, cuando no apareció en el segundo acto de Norma en la Ópera de Roma. Se limitó a huir por la puerta trasera del teatro sin dar explicaciones. Al parecer estaba molesta por un resfriado.
Cuando la periodista Elsa Maxwell le presentó a Aristóteles Onassis, se enamoró tan apasionadamente del magnate que aceptó renunciar a su carrera apenas él se lo pidió. El naviero terminó abandonándola para casarse con una señora sobria y silenciosa Jacqueline Lee Bouvier, viuda de Kennedy.
La diva fue apagándose poco a poco, perdida ya su incomparable voz, hasta terminar muriendo de tristeza.
Charles Chaplin fue el artista impagable que hizo reír al mundo sin pronunciar una palabra. Sus ocho hijos reconocieron que jamás les demostró afecto ni se interesó por sus destinos. Sus películas habladas no llegaron a traducir su descomunal talento. Se casó a los 56 años con Oona, de 18, hija de su íntimo amigo Eugene O´Neill, decisión que el famoso escritor no le perdonó hasta el final de su vida. Pero esa muchacha, que abandonó su destino de pianista por el de prolífera madre, fue la que doblegó con ternura al temperamental Chaplin, acusado, en su momento, de seducir jovencitas.
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Tocados por la gracia del ángel
o simples y anónimos mortales,
el mal genio nos vuelve insignificantes
y hasta ridículos
para la mente ágil que percibe el temblor interior.
¿Qué tal si aflojamos la tirantez de la soberbia
y optamos por la sonrisa y la afabilidad?
Como decía mi tía abuela predilecta:
"Si se le puede llamar "tirano" a un jefe
en su misma cara,
ya no causará ninguna gracia burlarse de él"
Noemí Carrizo.