" Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse,
sin importar tiempo,
lugar o circunstancias.
El hijo rojo se pude estirar, contraer o enredar, pero nunca romper. "
Si el hilo rojo de la leyenda oriental realmente existiera, uniría a personas que transitan sus vidas con objetivos comunes, compartiendo una pasión.
"El enamoramiento es una pasión en sí misma y la pareja, desde una perspectiva más sistemática, es un compartir.
¿Compartir qué?
Una afición, un trabajo, un proyecto o algo de cada cosa."
Además del amor y el devenir diario, hay parejas que comparten proyectos, pasiones. SAN VALENTÍN es la excusa ideal para conocer casos en los que el arte, un hobby, un emprendimiento o las ansias de viajar acompañan al sentimiento.
***