El pintor Pablo Picasso fue un niño que odiaba la escuela y al que le gustaba garabatear con un lápiz todo lo que tenía a su alcance, según un libro sobre anécdotas familiares de su infancia publicado no hace mucho.
El libro que narra los primeros años de la vida del artista, con las primeras palabras que pronunció o sus correrías por la malagueña plaza de la Merced, se titula "Picasso en la infancia", escrito por el periodista andaluz Pedro Gómez.
Gustaba de recortar con las tijeras todos los papeles que había en la casa para crear flores, animales, monigotes..., con los que podía jugar a las sombras chinescas.
En la infancia de Picasso tuvieron mucha importancia las mujeres, ya que se crió rodeado de ellas, como su madre, por la que sentía verdadera admiración y amor, su hermana y sus tías Eladia y Heliodora, asegura la obra de Pedro Gómez.
A Pablito, como le llamaban, le gustaba jugar con sus primas y le encantaba disfrazarse. Con sólo catorce años Picasso sintió dentro de sí la chispa del amor, al sentir una especial atracción hacia una de sus primas, Carmen Blasco Alarcón.
El libro relata su traslado a la ciudad gallega de La Coruña, donde consiguió adaptarse y más tarde a Barcelona donde todos se amoldaron a la perfección, así como su salida de Málaga, a la que siempre deseó volver.
El artista no regresó a Málaga, pero su casa natal fue inaugurada en 1998 por los reyes de España, momento en que la Reina Sofía tuvo entre sus manos el hasta entonces único ejemplar de "Picasso en su Infancia"
La Reina manifestó entonces que era una pena que sólo existiera un ejemplar de la obra, por lo de la Diputación de Málaga se comprometió a elaborar una edición especial-explicó el presidente de la institución provincial, Luis Vázquez Alfarache.
Un año después, el libro finalmente acercó a los lectores los pormenores de la niñez de Picasso y el tiempo fomentó una obra de caridad, ya que los beneficios que se obtuvieron con su venta se destinaron a las Hermanitas de los Pobres, a petición de la Reina.