Ahora pasa que las tortugas
son grandes
admiradoras de la velocidad,
como es natural.
Las esperanzas lo saben,
y no se preocupan.
Las famas lo saben,
y se burlan.
Los cronopios lo saben,
y cada vez que encuentran una tortuga,
sacan la caja
de tizas de colores,
y sobre la redonda pizarra
de la tortuga
dibujan una golondrina.
De "Historias de Cronopios y de Famas"
Julio Cortázar