Emilio partió la noche en mil pedazos. Su corazón se quedó latiendo entre la verdad y el equilibrio. La gloria de los días fue almacenando momentos de paz en esa tierra de nadie.
¿Por qué te quiero?
Eres luz y sombra, el estallido del aire frente al muelle.
Poeta hay que ser para versar sobre la guerra, su ritmo interno y los secretos cuando la libertad no madura porque es sólo niebla y desierto.
Lejos, un molinito rojo trae el desgarramiento de la esperanza como mar abierto entre las formas desdibujadas de la vida.
Luján Fraix
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PUERTO soledad