Una de los propósitos de la literatura es entretener. Y la rama que más se ocupa de ese propósito es la que se conoce como literatura comercial o de entretenimiento. Hacen parte de ella una multitud de géneros y subgéneros entre los que encontramos los relatos policiales, el romance, la ciencia ficción, la fantasía, el terror...
La literatura general o clásica también entretiene, pero no es su objetivo más importante. Su propósito principal es retratar artísticamente la condición humana e indagar acerca de ella, en sus diferentes tiempos y espacios. Muchas veces sacrifica el entretenimiento en aras de explorar aspectos profundos del ser humano y de exponer una visión determinada del mismo y su sociedad, dando un placer más artístico e intelectual a sus lectores.
Este tipo de lecturas hoy en día no tiene su lugar, no es valorada como se merece por ser un género tal vez demasiado denso, profundo, "difícil de leer".
Tampoco se puede decir que la literatura de entretenimiento no indague sobre la condición humana ni la retrate artísticamente. Al tratar sobre seres humanos inevitablemente lo hace (incluso si narra historias sobre seres de otra especie, como en la fantasía o la ciencia ficción), pero en un grado mucho menor.
Yo siempre digo que los lectores han cambiado porque necesitan un libro que los entretenga en vez de hacerlos pensar y me parece perfecto. Atrás quedaron los grandes maestros como Borges, Kafka, Vargas Llosa, Albert Camus, Hermann Hesse, E. Hemingway, Graham Greene... y tantos otros escritores que dejaron huella.
Lo bueno sería que cada uno tuviera su espacio... y sus lectores.