💙Se fue para el cuarto de servicio para tratar de descansar la mente pues esos demonios interiores estaban siempre alertando los silencios y tenían voz y formas inquietantes. En el sueño, vio a la mujer de las botitas blancas y sus ojos llenos de lágrimas.
No la conocía pero algo de ella le llegaba al corazón. Él le dijo:
-No debes querer a nadie que va a morir pronto.
-El tiempo nos quita muchas cosas y cuando más amamos más perdemos. Tenemos que renunciar para ser libres, morir para que otro tenga vida-le contestó ella como desdibujada por un velo.
Salvador se despertó bruscamente y con melancolía miró la hora. El mundo para él era gris y pronto llovería sobre su cuerpo. Lo sabía. Se hallaba a la intemperie.
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