La tierra no era ajena, escondía una última inocencia. La enamorada, Felicitas, buscaba la salvación cuando las aventuras perdidas eran sólo jaulas. No podía dominar el silencio, en continuidad, porque aparecían pequeños cantos, diálogos fragmentados, naufragios...
Nadie pierde lo que no ha tenido nunca.
🎩
Yo sé del sol,
yo sé de la melodía de los ángeles
y del reto ardiente
del último viento.
Sé de los sueños,
de mirar el alba
con los ojos desnudos
cuando las sombras se posan
en el extraño latir de los recuerdos.
L.Fraix.
✨BUENAS Y SANTAS... Los hijos olvidados
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