La niña de los ojos rubios se oculta en las pérgolas donde anidan los colibríes y luego se escapa al monte con sus libros de cuentos para contar los tréboles, mientras una mirada la observa entre sus harapos luchando contra los vientos.
-¡Déjame ser!-grita alguien detrás de los muros de la casona oculta entre los jazmines y las glicinas.
L.Fraix
De Buenas y Santas... Los hijos olvidados