Frederic Leighton
Bajo los preceptos del amor cortés, algo así como un código de comportamiento que definía las relaciones entre enamorados pertenecientes a la nobleza en Europa occidental, conquistar a una dama no era nada fácil.
Los caballeros de la Edad Media se convertían en sirvientes de dicha dama, normalmente casada con otro noble o señor feudal que además se mostraba inflexible, fría y distante. De hecho, el amante llamaba "midons" (mi dueño) a su amada. Para rematar la base de este amor era la idealización y la frustración antes que el gozo; de manera que si la relación llegaba a consumarse era en realidad un fracaso.