"Por un ideal hay que morir y dejar pensamientos, verdades y leyes que corren peligro de extinción. Tal vez, mañana nadie firme las sentencias y les permitan a seres auténticos otras conquistas. Yo me interno en estas sombras porque, más allá del retumbar de los tambores, hay una esencia perenne: el planteo de un desenlace que siembra interrogantes y no quiebra la corriente: el deseo de vencer.
Quedará la memoria hecha vestigios de fuego esparcida en cenizas, el miedo y la tristeza como naufragio en este lodo de tormentos. Y pasará el tiempo, se caerá el otoño en la realidad de sus hojas, otros hombres amarán la cruda realidad de los combates, se mirarán sus ojos en espejos con arrugas de mendigos... Serán dueños de sus actos y de sus fuerzas y habrá luz y no llamas para vengar la energía de la razón porque, quizá, la caridad no les permitirá matar.
Sé que éste es el último autorretrato de mi vida, el mayúsculo. Escribo mis palabras en un papiro imaginario, dejando preguntas en este lado del camino.
Distinguir entre apariencia y realidad no es necesario porque estamos juntos en un jardín secreto donde no existen diferencias y la memoria sólo registra los minutos.
Me siento deshecha y escapo de los siglos que no alcanzan un lugar para plasmar sus dotes de villanos; puedo contemplar las épocas pasadas, el futuro en unos ojos grandes y azulados... porque morir es el comienzo.
Soy rebelde, lo comprendo, pero es el aprendizaje que heredo de otros pasos. Las humillaciones me obligan a emigrar, por eso les regalo los días venideros, el fervor de la niñez, mi llorar a gritos para decir lo que siento...
Me ataron a un tronco el 30 de mayo de 1431 y mientras dos monjes me miraban con piedad escuché una voz que me dijo que no temiera...
-¡Vosotros arqueros, compañeros de guerra, gentiles hombres y los otros, que estáis delante de Orleáns, idos con Dios a vuestro país. Yo soy la enviada de Dios para echaros fuera de Francia!"
Juana de Arco (doncella de Orleáns)
-----------De la novela LA NODRIZA ESCLAVA