Yacek Yerka |
¿Por qué le obsesionaban a
Jorge Francisco Isidoro Luis Borges los laberintos?
El laberinto para él era una metáfora de la duda
y la duda es necesaria para aprender.
Recorrer un laberinto,
hallar la salida equivalía a encontrar respuestas.
Preguntas importantes por supuesto
como cuál es el sentido de la vida.
El autor de "El Aleph"
( uno de sus geniales cuentos )
trató sobre los laberintos en varias obras.
En "Tlon, Uqbar, Orbis, Tertius",
las oscuridades para arribar a un puerto
las plantean las oscuridades del desconocimiento
y las ignorancias son, por supuesto,
un laberinto que puede ser inexpugnable.
Según la leyenda quien ingrese a un laberinto
-con varios senderos falsos que terminan abruptamente-
y llegue hasta el centro sin tropiezos
tendrá la salvación del alma.
Existen templos que presentan
dificultosos senderos pintados dentro de edificios.
Estos eran metafóricos y simbolizaban
las durezas y las dificultades del camino hacia Dios.
Para acceder a ese lugar, había que evitar las falsedades del sendero
y sobre todo las tentaciones.
Hubo, sin embargo,
un escritor a quien Borges admiraba
que no coincidía con ellos.
El escritor se llamaba
Oscar Finnegan O´Flaherty Wilde
quien afirmaba
"Soy capaz de resistir todo menos las tentaciones"
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