Torre de Londres |
En Inglaterra, el humanismo penetró en épocas de los Tudor y mientras el rey Enrique Vll se preocupaba por los problemas teológicos, los súbditos se interesaban en los aspectos más prácticos del movimiento; buscaban la libertad individual y la solución para las injusticias sociales.
El humanista más destacado fue Tomás Moro que llegó a ser lord Canciller del reino; aunque era católico moderado no aceptó la reforma religiosa implantada por Enrique Vlll por lo que fue ajusticiado.
Los estudiosos se apasionaban por el conocimiento de la lengua y las letras grecolatinas. Los maestros más relevantes fueron Petrarca, Boccacio y Dante Alighieri con su obra máxima “La divina comedia”. El autor la tituló solamente “Comedia” pero sus admiradores la calificaron de “Divina” porque reflejaba una gran erudición y un excelente estilo.
Isabel, en su pequeña aldea de campesinos, se hallaba sola y estaba llorando porque un hueco le perforaba la carne. Sentía que el tiempo era como un pájaro en vuelo y que se iba para no regresar jamás. La soledad la asfixiaba mucho; tomó entre sus manos un relicario que su madre le había regalado y lo besó intensamente. La vida no le daba placer. Hubiera podido morir sin darse cuenta; no dejaba a nadie porque no tenía hijos y su esposo era un ser egocéntrico que luchaba por una felicidad tan irreal como su sueño de guerrero. Si ella no hubiera existido para él hubiera sido lo mismo.
Isabel quería ser poderosa, amada y admirada pero también perversa. ¿Por qué no?. Lo sería sólo con aquellos que la humillaban y la obligaban a construir una armadura frente a su cuerpo desposeído.
Podría haber llevado una vida de libertinaje asistida por alguna consejera espiritual o por un grupo de doncellas; consultar con una bruja en un torreón negro, de ésas que en sus épocas tenían búhos que leían trazos en un papel o gatos con tres ojos, pero temía ser encarcelada en las cuatro paredes de la Torre , acusada por curas y predicadores desde el otro lado de la puerta.
Isabel con su alma compleja y difícil fue siempre una niña insatisfecha; emprendía un trabajo y luego lo abandonaba porque se aburría de la rutina. Extremadamente sensible y espiritual, amaba el arte y estudiaba, sólo Dios sabía con qué libros, la evolución de las corrientes desde el “Cantar del Mío Cid” en el siglo Xll hasta la poesía del “Mester de Juglaría” que venía de Castilla.
Juglares |
Los juglares eran hombres o mujeres que vivían de su trabajo; actuaban en plazas públicas o en mesones, en los palacios de los reyes, nobles y prelados para divertir al público. El artista era poeta, recitador, prestidigitador, titiritero, bailarín y a veces mendigo. Los había también clérigos y vagabundos.
Isabel era uno de ellos porque recitaba “Cantares de Gesta” en el palacio cuando se organizaban los torneos y las veladas de disfraces.
De-----La NODRIZA esclava
L.Fraix