Y yo me iré. Y se quedarán las golondrinas
como cada año
a la sombra de mis rosas
con sus pétalos chinos y sus duendes blancos.
Todas las tardes con sus benditas gracias
bautizarán como siempre
las voces del campanario.
La ausencia de los que me amaron
será raíz de mi huerto claro
y en el rincón de mis glorias pasadas
mi alma caminará llorando.
Estaré sola sin pino verde
y en la penumbra de mis aplausos
seré pluma que vuela lenta,
cuna de la nostalgia.
Y yo me iré con mi naufragio,
sin libro, sin carrusel,
sin un abrazo...
Y se quedarán las golondrinas
como todos los veranos.
Luján Fraix