El artista plástico PATRICK COMMECY se propuso un gran reto: que no quedara una sola pared lisa en toda Francia.
Junto a un grupo de muralistas comenzó a realizar pinturas en las fachadas laterales de edificios de distintas ciudades. Realistas y engañosos para el ojo humano, sus murales muestran escalinatas, puentes, inquilinos en las ventanas y hasta obreros trabajando sobre andamios.
Entre sus más de trescientas obras, tal vez la más conocida es la de Cannes, con personajes del cine asomados en los balcones.